29 noviembre 2011

Un centenar de personas asistieron a la representación de la obra ‘Loca’ a cargo de la Compañía de Teatro de Blanca Marsillach

Casi un centenar de personas asistieron en la tarde-noche del domingo 27 de noviembre a la representación de la obra ‘Loca’ de Elise Varela, llevada a cabo por la Compañía de Teatro de Blanca Marsillach y Varela Producciones en el Salón de Actos del Centro Multifuncional Municipal de Lora del Río. Esta actuación se incluyó dentro de la programación con motivo de la conmemoración del Día Internacional contra la Violencia de Género. La entrada a la representación fue gratuita hasta completar el aforo del Salón de Actos. Al acto asistieron también el alcalde de Lora del Río, Francisco Javier Reinoso, y la concejala-delegada de Cultura, Ana María Rueda Segovia.

Loca es la trastornada historia de Blanca, una mujer que lleva toda su vida acomodándose en su propia voz interior y otorgándola la identidad de su mejor amiga, Carolina. Pero paradójicamente, la que dice ser su mejor amiga es la que continuamente le pone la zacandilla. Hasta que un día logró deshacerse de ella y, un tiempo después, vuelve para contarnos su risible historia.
Esta divertida pero dramática comedia cuenta los infortunios que contrae dejarse llevar por nuestros miedos, abandonarse a la comodidad de los prejuicios, a la rutina de nuestros recelos. Esos miedos, dudas, pensamientos que nos circundan como un campo de electrones alrededor de nuestras cabezas y que se presentan en nuestro día a día son las voces que han gobernado a Blanca a lo largo de los años. Llevándola hacia la desesperación y a la ausencia de juicio y criterio propios; siempre encadenados por la voz de Carolina, a quien llegar a elevar a la categoría de mejor amiga.
El planteamiento dramatúrgico parte del texto “Buscando a Hilary”, de Elise Varela. Sobre el personaje de Blanca se ha buscado desfragmentar su presencia para obtener tres planos narrativos: la voz de Carolina, que suena como un cuchillo y mantiene un flujo permanente de soliloquios negativos sin solución; Blanca, casi ahogada por la voz de Carolina, a la que podemos ver tratando de salir de su propio laberinto; y la Blanca que vuelve para contarnos su historia, que hace las veces de narradora de sí misma e interlocutora con el público.
La intención es no tener miedo a dar voz a los propios miedos. Traducir este planteamiento a nivel escénico nos ha llevado a plantear un marco giratorio, que manipulará la actriz para ir dando paso a las diferentes voces que conforman su historia. A su vez, las intervenciones de Carolina serán proyectadas mediante video.

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