Reproducimos aquí por su importancia el Reportaje que el Periódico EL PAIS publicó por Día Internacional contra la Violencia de Género entrevistando a cuatro familiares de Lucía Montes, apuñalada a los 47 años, retratan el dolor de las víctimas de la violencia machista. Solo tuvo dos semanas para disfrutar de su nieto.
"Cobardes, cobardes de mierda, que las matan a traición. No tienen la dicha de ir a arreglar las cosas. Si quieres algo, pídelo, pero no te lleves a mi niña, que le has robado media vida. Cualquier cosa yo te doy, pero no la acorrales". Ana García, de 74 años, estalla al recordar a su hija. Lucía Montes murió con 47 años, asesinada de 15 puñaladas por su expareja el 19 de septiembre en la estación de tren de su pueblo, Lora del Río.
En una casa pequeña, fría, modesta, lejos del centro, casi en un polígono, más allá de una gasolinera de las afueras, está la vivienda de Ana García. Ahí, frente a una estufa eléctrica, relatan su dolor cuatro mujeres que rodeaban la vida de Lucía: sus dos hijas, que tuvo con un exmarido, su madre y una de sus hermanas.
Viven atormentadas por los condicionales: "¿qué podríamos haber hecho para poder evitarlo?" A la madre de Lucía le queda un corazón con tres operaciones y una hija de menos. Delira al preguntar: ¿por qué no la llevasteis a la sierra y la metisteis en un agujero? Ahí no la encontraría".
Son preguntas sin respuesta. No encuentran razones ni justificaciones que las calmen. "¿Cómo la mano del hombre puede cegar tantas cosas a la vez? ¿Cómo nos arrancamos esta pena tan grande?", se pregunta su hermana Carmen. "No solo han asesinado a una persona. ¡La de ilusiones y proyectos que se ha llevado! ¡Nos ha matado a todos en vida! Tenemos miedo".