07 junio 2010

A juicio una red que robaba coches y los vendía después a otros criminales

La Fiscalía de Málaga solicita un total de 33 años y nueve meses de prisión para una banda organizada que se dedicaba a sustraer presuntamente vehículos de lujo en la Costa del Sol para modificarlos en Lora del Río y vendérselos después a otros delincuentes. En total, están acusados de hasta 14 delitos entre los que se encuentran los siguientes: asociación ilícita, falsedad, otros tantos de receptación y varios de robo con fuerza en las cosas.
Según consta en la calificación de la Fiscalía de Málaga, el Juzgado de Instrucción número 4 de Torremolinos autorizó la intervención de los distintos teléfonos usados por los seis acusados, tres búlgaros, un español y dos magrebíes. Así, gracias a esas escuchas se pudo establecer que G. I. S. era el cabecilla de la trama. «Se trata de una estructura estable con fines delictivos, dedicada fundamentalmente al robo de vehículos, a la falsificación de matrículas y de la documentación de los automóviles, así como a su posterior venta a terceras personas para el desarrollo de otras actividades delictivas».
Los coches, normalmente de lujo, siempre eran sustraídos en la Costa del Sol y se trasladaban a la localidad sevillana de Lora del Río, «donde eran modificados para darles una apariencia legal». Después, eran colocados en el mercado por un búlgaro que no está procesado en esta causa, quien lideraba «una estructura organizativa propia» cuya actividad delictiva se investiga en un juzgado de Madrid.
La banda realizó sus actividades entre junio y octubre de 2006, fundamentalmente en Torremolinos y Fuengirola. G. I. S. «seleccionaba los vehículos a sustraer y sustraía personalmente algunos de los mismos, conduciendo después el coche lanzadera que protegía el traslado de los automóviles a Lora del Río». Su pareja sentimental, la búlgara R. B. S., «se integraba en la organización y conocía su actividad». En ocasiones, realizaba tareas de vigilancia en algunos de los robos que protagonizaba su novio y lo acompañaba en el coche lanzadera.
El hombre de confianza y ejecutor principal de las sustracciones era el español J. R. G., que convivió en la misma casa que la pareja tenía en Fuengirola.
Puntualmente apoyaban a la banda dos magrebíes, rondando de forma ocasional algún vehículo. Para llevar a buen puerto sus acciones, usaban tres turismos que habían alquilado.
Asimismo, la organización estaba «dotada de medios técnicos para el desarrollo de sus actividades delictivas, tales como los denominados transponder para anular los sistemas de seguridad de los vehículos». En el momento de su detención, uno de los magrebíes arrestados portaba un permiso de conducir presuntamente falso a nombre de un tercero. En concreto, el fiscal le atribuye a la banda la sustracción de seis coches de lujo y el intento de robo de un séptimo, así como el hecho de que estaban en posesión diversos objetos.
El juicio empieza el 9 de junio en la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Málaga y se prolongará varias jornadas.

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