22 febrero 2010

Absuelto un traumatólogo acusado de dejar cojo a un joven

Un juzgado de Sevilla ha absuelto a un médico que fue acusado de colocar mal una escayola en la pierna de un paciente de 23 años y dejarlo sin atención, lo que le produjo una compresión de los nervios y una cojera irreversible.

El paciente J.M.G.G., de 23 años, sufrió un accidente de motocicleta el 29 de junio de 2003 en Lora del Río e ingresó en el servicio de Urgencias del hospital Virgen Macarena de Sevilla a las 12.30 horas, donde le colocaron una férula en la pierna lesionada a la espera de ser intervenido quirúrgicamente. El paciente solicitó entonces el alta voluntaria, a las 19.15 horas fue trasladado en ambulancia al hospital Reina Sofía de Córdoba y allí fue intervenido a las 23 horas a causa de un Síndrome Compartimental Agudo. Esta dolencia supone la compresión de los nervios y de los vasos sanguíneos, lo que según la denuncia del afectado le dejó como secuelas una cojera, limitación de la flexión de la rodilla, artrosis postraumática y parálisis del nervio.
La sentencia del juzgado penal 13 de Sevilla, a la que ha tenido acceso Efe, dice que el médico procesado actuó correctamente y colocó al paciente una férula y no una escayola, y además "no consta acreditado que dejara de prestarle asistencia". La sentencia considera demostrado que el traumatólogo colocó al paciente una férula, como testificaron los médicos que lo atendieron en Córdoba, y añade que las únicas personas que hablaron de la escayola fueron el afectado, su novia y su madre. A estas personas "no se puede conceder plena credibilidad por evidentes razones, ya que reclaman en este procedimiento una cuantiosa indemnización económica", cifrada en 180.000 euros, dice el fallo. Pero "aún estimando que no fuera adecuada la actuación del acusado", añade la juez que "no es posible establecer una relación, ni siquiera indirecta, entre la aparición del síndrome y el tratamiento administrado en el Virgen Macarena". Precisa que las causas del citado síndrome "son diversas, sin que sea posible establecer el origen en este caso", pues "lo más probable es que estuviera relacionado con el impacto sufrido, de alta energía, y por causas externas al tratamiento aplicado". Durante el juicio, el fiscal pidió la absolución del procesado pero la acusación particular solicitó para él tres años de prisión por un presunto delito de lesiones por imprudencia profesional. Además de la supuesta deficiente atención, el denunciante aseguró que, a la espera de ser trasladado a Córdoba, permaneció cinco horas en una habitación "donde había pacientes en estado terminal y donde no recibió ningún tipo de atención médica ni control alguno por personal médico".

En ese sentido, el veredicto responde que J.M.G.G. ha incurrido en contradicciones en su relato y que durante el juicio quedó demostrado que durante la espera "estuvo bajo la supervisión del personal del área de Observación de Urgencias, bajo las normas que rigen en dicha unidad". El traumatólogo procesado "salvo que se le diera aviso por el personal integrante del servicio, no estaba obligado a realizar una segunda revisión, previa al traslado".

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